Acabó la Feria... Gracias a Dios

Pues si, con la imagen que ven de la salida a hombros de El Juli y Sebastián Castella anoche en la Plaza de Toros de Valencia, se dio por terminada la Feria de Fallas 2010.

Una Feria rara, de las peores que recuerdo en tiempo. Una Feria marcada por el frío de los primeros días y la lluvia de los últimos. Ni siquiera el "tiempo de Fallas" ha aparecido ningún día.Una Feria que estaba abocada al fracaso desde el principio.

Una nueva empresa que no ha tenido en cuenta ni los gustos de los aficionados ni del público valenciano. Quien haya estado presente tarde tras tarde en el coso de la Calle Xátiva, coincidirá conmigo que salvo el día 16, el resto de tardes, no había lleno absoluto, ni siquiera ayer día 22. El mal tiempo y las sustituciones fueron los culpables de que ayer se formaran colas interminables para la obtención del dinero de la localidad.

Unos carteles que en principio parecían atractivos para el gran público, que no para el aficionado. Pero este año no ha podido ser. La cansina crisis que nos acompaña y de la que no vemos fin, ha tenido que ver.

No he sentido la alegría de la gente antes de los festejos. No he sentido la ilusión de la gente tras los festejos. Los que han ido a la Plaza, llegaban con el tiempo casi justo, se acomodaban en su localidad, veían el festejo y salían de nuevo a sus casas. La cosa no está para derrochar.

La tan nombrada crisis junto a la televisión, ha hecho que abonados fieles a su sitio, este año hayan decidido no renovar abono. Eso, junto a la falta de consideraciòn por parte de la empresa a los incondicionales y sufridos pagadores.

¿Qué me queda para el recuerdo? Pues sin duda alguna, las faenas de José Calvo ante los Adolfos. No me equivocaba cuando en una entrada anterior lo dije. Recordaré el pundonor y la torería de El Juli, que se convirtió en el verdadero protagonista el día del Aniversario de la alternativa de Enrique Ponce, quien esta Feria ha pasado de puntillas. Recordaré el valor de Castella.

Y por mas que miro y remiro el cartel, no logro encontrar nada mas que llevar a mi memoria.

Olvidaré la gran bronca que le di a Morante de la Puebla, olvidaré las cogidas que he presenciado, olvidaré a los toreros que han venido a Valencia a pasar la tarde, olvidaré las orejas regaladas sin ton ni son.

Recordaré el pasacalle taurino desde De Tinto y Oro con la Banda Unión Musical Valenciana, recordaré las comidas y cenas con mi gente y mi Peña, recordaré los paquetes de pipas y esa merienda de lujo de Requena. Y por supuesto, recordaré el último café que tomé anoche tras el festejo. Gracias Paco, Rafa y Pedro, mis fotógrafos preferidos.

Y por supuesto, recordaré a aquellos con los que he compartido asiento mañanas y tardes. A Iván, a Enrique y Tere, a Maestro, a Cristina, a Teresa, a Pepe, a Lina, a Romualdo, a los vecinos de mi padre.

Y terminaré contándoles un secreto. Ayer no llovía sobre Valencia, no. Eran las lágrimas de Granero, de Fabrilo y de Montoliu que lloraban de rabia y de tristeza viendo en que se había convertido su Plaza.