Hoy voy a hablar de rejones

Con Pablo Hermoso de Mendoza

Peña Pablo Hermoso de Mendoza junto a su torero

Mi buena amiga Isabel Moya, Presidenta de la Peña de Pablo Hermoso de Mendoza siempre me está diciendo: Amparo, a ver si escribes en tu blog sobre rejones. Y yo, le digo, tranquila, Isabel que algún día lo haré.

¿Que mejor momento que hoy? Ayer, en la Primera de Feria, el rejoneador estellés abrió la Puerta Grande, después de cortar tres orejas tras dos faenas emocionantes y bellas. No les voy a hacer una crónica, entre otras cosas, porque yo soy una simple aficionadilla del toreo a pie, y rejones, aunque me esfuerce, todavía no es mi fuerte.

La Peña Pablo Hermoso de Mendoza, a la que me une un cariño muy especial, está de enhorabuena. No solo porque esta temporada están de cumpleaños, pues cumple 10 años, sino también, porque Pablo cumple 20 años de alternativa. Y había que celebrarlo.

Tras el festejo al que asistieron un buen número de peñistas, en el que me consta que disfrutaron, pues yo los ví desde mi asiento, se marcharon, bueno, en realidad, nos marchamos a la sede de la Peña, el Bar Saxo. ¡Gracias por la invitación!

En este lugar, yo paso muchas tardes agradables, viendo las corridas que la pequeña pantalla retransmite o simplemente compartiendo la compañía de esta gente, que siempre tiene la sonrisa en la boca, que siempre me apoyan en los momentos difíciles, que me consta que me quieren, a pesar de que muchas veces, estas cosas, se me olvidan. Perdonadme por mis momentos de bajón.

Y ayer, visitó la sede una persona muy especial para la Peña. Pablo Hermoso de Mendoza. Quien junto a su hermano Juan Andrés y su cuadrilla cenó y compartió la velada junto a los socios y simpatizantes.

Y era de agradecer, porque Pablo, siempre que visita Valencia, tiene un recuerdo especial para su Peña. Siempre que pisa la Ciudad del Turia, a pesar de sus compromisos taurinos, no en balde en el día de hoy debe hacer el paseillo en Santander, muestra su cariño a su Peña.

Isabel, Enrique, Jaume, Teresa, Amor, Asun, Fernando, Hilario, Rosa, Julia, Fede, Marino... Y tantos y tantos nombres propios, tras los que se esconden personas maravillosas que me han acogido como una mas. Eso, con palabras, no lo puedo expresar. ¡Dios os bendiga por siempre!