Gracias mi amigo Sergio, al que conocí en el facebook, el sábado vi los toros en el callejón. ¡Bendito sea el facebook! Que recupera amigos perdidos de vista hace años y hace nuevos.
Le dije que pensaba ir a Requena, de donde es él. Y me tenía guardada una sorpresa que jamás olvidaré.
Se iba a celebrar una clase práctica de alumnos de las Escuelas Taurinas de Valencia y Alicante y como dije hace unos días, me hacía ilusión conocer nuevas Plazas de Toros de la Comunidad Valenciana.
Llegué a Requena por la mañana, visité la Plaza de Toros y entonces me llevé la sorpresa. Me había preparado un pase para el callejón. ¿Cómo iba a decir que no?
A mi no me importa desde donde ver los toros, aunque he de reconocer, que prefiero verlos bien cerquita. Aunque no siempre pueda ser así.
Estaba ubicada en el burladero de las banderillas. Por lo que se pueden imaginar que no perdí ojo a las mismas.
Vale, me dirán que el callejón está reservado para los profesionales, para los toreros, para los apoderados. Muchas veces hay tanta gente ajena a la lidia allí...
Pero ¿saben que les digo? Que yo me quedé en mi burladero, del que no salí durante las mas de dos horas que duró el festejo. De pie, porque no habia asiento. Y no entorpecí para nada el desarrollo del festejo.
Así que bienvenida sea la invitación. Precioso el detalle que tuvo Sergio conmigo. Me encantó la experiencia. Aunque no era la primera vez que veía los toros desde esa ubicación, disfruté como una niña.
A veces la vida te da regalos cuando menos lo esperas. Cuando piensas que no vale la pena seguir, te encuentras con detalles que te hacen seguir soñando.
Soñando que todavía queda gente buena, que te ofrece tu amistad sin esperar nada a cambio. Soñando que todavía quedan personas que comparten tu afición.
Soñando que esto no morirá mientras haya alguien que asista a las Plazas de Toros.