Patio de cuadrillas es el nombre del programa radiofónico que todos los martes, cuando no hay baloncesto, emite LP Radio a las 19,30 horas, dirigido y presentado por Carlos Bueno. Pero seguro que mas de uno lo escuchan, como lo escucho yo, siempre que puedo. Donde no llegan las ondas, pueden sintonizarlo a través de internet.
Pero hoy no voy a hablarles de dicho programa, sino que voy a hablarles de ese lugar que existe en todas las Plazas de Toros. No solo se conoce como Patio de cuadrillas, sino también como Patio de Caballos o Patio de Arrastre, por lo menos en Valencia.
Es el lugar por donde el matador, junto a su cuadrilla sale al ruedo para dar comienzo el paseillo tras los alguaciles. También hacen el paseillo los areneros y mulilleros.
Antes de llegar a ese espacio de la Plaza, casi todos los toreros, hacen una visita a la Capilla.
He de confesarles algo. Muchas veces he pisado ese Patio de Cuadrillas para saludar a alguno de los míos.
Pero esta temporada no lo he pisado ningún día. No puedo decir que de este agua no beberé mas, pero no creo que vuelva a entrar en ese lugar. En día de festejo, claro está.
Una vez que el torero sale de la Capilla, debe salir concentrado, pensando solo en el toro, abstraerse del exterior.
Y cierto es que muchas veces los aficionados queremos desearles suerte, inmortalizarnos a su lado.
Pero me dí cuenta que estando allí en ese momento, se rompe el misterio de la soledad, la soledad del torero. Y ese misterio, solo le pertenece a él.
Allí, una vez que el torero se ha liado el capote de paseo y se enfunda la montera, no debe pensar en nada mas que en que se va a enfrentar a lo desconocido.
Por eso, siempre que pueda, los saludaré antes de que entren en la Capilla o al salir de la Plaza, pero ese lugar tan sagrado, no.
Porque ese lugar es la antesala del triunfo o del fracaso. Y ese lugar es solamente para los toreros.