Lo siento, pero hoy vamos a hablar de fútbol. Es la primera vez en la historia que la Selección Española juega una final de la Copa del mundo.
Ayer hice doblete. Por la tarde vi la corrida de toros de Pamplona, después de haber presenciado el encierro de los toros de Peñajara por la mañana.
Después, vi el partido que España jugaba contra Alemania. Casi sin a penas levantarme de mi asiento en el lugar donde siempre veo los toros.
El ambiente cambió por completo. Créanme.
Si bien durante la tarde solo escuchábamos El Rey allá a lo lejos y veíamos como la gente se lo estaba pasando bien, brincando y saltando, por la noche, fue completamente distinto.
Al final voy a tenerle que dar la razón a mi padre cuando me dice que el fútbol es mas emocionante que los toros.
Ayer, al menos, lo fue. Vale que era la semifinal de un Mundial. Vale que ayer era la primera corrida de San Fermín, tras la novillada y la de Rejones.
Pero es que no hubo color. El día no podía ser completo, porque nunca lo es.
Pero les prometó que disfruté de lo lindo animando a España, aplaudiendo a rabiar el gol, a pesar de que fuera Puyol, reconocido antitaurino, quien lo metió.
El domingo próximo, de nuevo haré doblete. Por la tarde, los Miura y Rafaelillo y por la noche, la ansiada Final ante Holanda.
Lo siento, Pieter, pero este partido te lo vamos a ganar.
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