viernes, 24 de julio de 2009

Los impresentables

Para empezar advertiré que hoy estoy muy cabreada, indignada y malhumorada. Así que se extrañarán que mi escrito de hoy no sea del estilo al que estoy acostumbrada. Pero es que hay cosas que no soporto.

Lo primero el insoportable aire de poniente que ha soplado todo el santo día en Valencia y por supuesto esta tarde en los toros. Inaguantable.

Llego a la Plaza con tiempo para colgar la pancarta del Foro El Albero y voy directa a mi sitio, ya saben que este año tengo abono. Bueno, pues el impresentable del acomodador con malas formas me ha pedido mi localidad. Hasta aquí, de acuerdo, cumple con su obligación. Pero ha de mantener un poco de educación y saber donde dirigen a la gente. Me mandaba al lado opuesto. Sabré yo donde tengo mi sitio.

Impresentable el que se ha "cagado" en mi Santa madre porque al ir a sentarme en mi localidad, por no hacer que se levantara de su asiento, aun quedaban 10 minutos, le he dado con mi bolso. La educación brilla por su ausencia en determinados momentos. ¿Usted pensaba que yo a propósito le quería dar con mi bolso? Pues no, caballero.

Impresentable el señor de bigote que estaba sentado en la fila de delante, que se ha perdido lo único decente de esta tarde, la primera faena de Castella. Y él se la ha perdido porque no ha parado de defender su postura. Un postura que ya cansa.

Impresentables los que no aceptan otra opinión distinta a la suya. Los que no acepten que a ti no te emocione su torero. Los que se levantan de su asiento y te insultan si piensas diferente.

Impresentables los que han visto toda la corrida sin camiseta. Yo también tenía calor. ¿Qué hubiera pasado si yo también me hubiera quitado ropa?

Impresentables los que han acudido a la Plaza de Toros para ver a El Cid. Alucinante. Al menos, mira el cartel antes de entrar a la Plaza.

Impresentables los que después de la merienda ya no sabían ni lo que veían ni lo que decían y que se han pasado todo el rato insultando a la señora madre del Presidente. Si, el mismo que había ido a ver a El Cid. ¡Increible!

Impresentables los que se han pasado toda la tarde vociferando y pidiendo música. Que conste que a mi me encanta escuchar un buen pasodoble cuando en el ruedo observo una buena faena. Pero esta tarde, no.

Menos mal que tenía buena compañía, mi compañero de fatigas y de abono y que todavía queda algo de cordura en este mundo. Por ejemplo el señor de Albacete que tenía a mi vera.O el señor de delante que iba de azul. O la madre de Ignacio y su amiga. O el propio señor que vendía puromoro en la puerta de la Estación del Norte.

En fin, tarde para olvidar y perdónenme por el blog de hoy, pero es que Amparito también se cabrea y también le molesta la falta de educación que desgraciadamente abunda en estos mundos de Dios.

4 comentarios:

  1. Amparo...PRECIOSO!!!
    Conviertes un ¨mal rollo¨ en un tema encantador.
    Eso si que es arte.
    Sin duda, la peor tarde jamás vivida en una plaza tan bonita y que por culpa de cuatro la están volviendo insoportable.
    De toda la tarde, me quedo con una dedicatoria, que jamás olvidaré.
    Lástima no ser torero, para poder brindarte un toro.
    GRACIAS!!!

    ResponderEliminar
  2. Amparo no te enfades que una persona como tu vale millones como para estar enfadada.

    ResponderEliminar
  3. Iván, ¿qué voy a hacer? Llorar. No, que ya he llorado demasiado. Las cosas con sentido del humor. Y a mi me gustaría que fueras torero, porque seguro que serías de los míos. Y doy por cierto que me brindarías una faena de las buenas. Mira, de las pocas cosas que me quedan. Algún día, espero...

    Castaybravura, ya se me ha pasado el enfado. No vale la pena.

    Graciasssssssssssssssss

    ResponderEliminar
  4. Bien Amparo, si a todo lo que comentas le sumas además que soltaron cabras en lugar de toros, tenemos completita la crónica de ayer.

    Hoy creo que en lugar de mi madre irá mi padre a los toros. Solo tienen un abono y se van turnando y mi padre tiene ganas de ver a Morante.

    De todos modos, vaya quien vaya, tu tranquila que mi padre también es majo...jeje

    ResponderEliminar