Toda cornada necesita su tiempo de recuperación marcado por los especialistas.
Cuando un torero reaparece antes de ese tiempo establecido tiene el peligro de no curarse completamente y de recaer.
Durante ese tiempo no solamente es el torero el que sufre al no poder dar todo de sí. También la cuadrilla y la gente que está a su alrededor se preocupan por su estado de salud.
Algunos aficionados son capaces de darse cuenta de que el torero no está al cien por cien. Otros, tal vez los espectadores, no entiendan la razón de esa falta de condiciones.
Por eso es necesario un tiempo de descanso. Será el médico el que lo sugiera. Pero es el propio paciente el que lo decida. Algunos necesitan mas tiempo y otros, menos.
Cuando en un pequeño espacio de tiempo son muchas las cornadas recibidas, el peligro es mayor.
Piensan que ya están recuperados, reaparecen y cuando ya parece que todo está en orden, vuelven a recibir otro golpe.
Se desmoralizan y piensan que nada tiene sentido. Que nunca la recuperación será completa. Que nunca llegará el día en que estén perfectamente.
Entonces, es mas importante ese período de recuperación.
Necesitan parar, reflexionar, abstraerse de lo que ocurre alrededor. No deben estar pendientes de los compromisos adquiridos y que no han podido cumplir.
Porque vendrán otros festejos. Tal vez no serán en esa misma Plaza o en esa misma Feria. Pero serán en otras.
Las cicatrices de esa o esas cornadas nunca desaparecerán.
Con el paso del tiempo y cuando desnudos ante el espejo observen de nuevo esas heridas, recordarán el dolor de aquella cornada.
Pero también vendrá a su mente la fuerza que sacaron de no se sabe donde para recuperar la ilusión. Esa ilusión que tal vez habían perdido.
Tal vez hayan necesitado del apoyo de los que de verdad tienen a su lado. No de aquellos que les dan palmaditas en la espalda.
Porque posiblemente, algo no iba bien. O si. Pero no supieron verlo.
Las recuperaciones en el mundo del toro son así. Como en la vida misma.
Amparo:
ResponderEliminarYo creo que se debe ser comprensivo con los toreros que salen de un percance, por aquello de perder el sitio y la remontada emocional que requiere volver a ponerse ante el toro, pero lo que no me parece bien es que se lancen antes de estar totalmente recuperados. Aunque esta imprudencia no creo que siempre sea cosa del matador; en muchas ocasiones son terceros los que le empujan imprudentemente a salir al ruedo. Un saludo
Y tu que sabes de eso?
ResponderEliminarPues eso lo que pienso, Enrique. Para volver, ahy que estar al 100%. De otro modo no solo se pone en peligro el propio torero sino que se juega con la sensibilidad de los aficionados. Un saludo.
ResponderEliminarMas de lo que tu te piensas, anónimo. Mucho mas.