Mañana por fin, acabará este año 2010. Un año algo duro, en lo personal y en lo taurino.
He conocido, tal y como me propuse, varias Plazas de Toros de la Comunidad Valenciana. Pero no he podido visitar otras que me hacía ilusión.
Regresé a Madrid, y con el último viaje me traje para Valencia lo que creo que ha sido lo mejor de esta temporada: el triunfo de Juan Mora.
De mi Valencia, poca cosa. Una Feria de Fallas fría y lluviosa, con un XX aniversario de Enrique Ponce algo descafeinado.
Una Feria de Julio, por el estilo. Con un claro triunfador, El Juli.
Y una Feria de Octubre, que no eché tan de menos porque ese día 9 de octubre, disfruté de un merecidísimo homenaje, el que sus amigos rindieron a Víctor M. Blázquez.
Lamento la lesión de José Calvo, en vísperas de su vuelta a Las Ventas, que le privó de ratificar su buen toreo en Plazas importantes.
Lamento las cornadas que sufrieron José Tomás, Julio Aparicio y tantos otros mas.
Pero me alegro de haber visto en directo al diestro de Galapagar en uno de sus pocos paseíllos en España, allá por el mes de marzo en la Plaza de Toros de Castellón.
Recordaré siempre aquel brindis que me hizo Luca Ruffo en el mes de junio, en esa misma Plaza a la que le tengo tanto cariño.
Y hablando de Castellón, siento no haber podido ver vestido de luces al diestro de Onda, Paco Ramos.
A él y a tantos otros toreros honestos a los que se les ha privado de la posibilidad de demostrar todo su arte vestidos de luces.
Olvidaré aquel final de julio en el que Cataluña prohibía los festejos en las Plazas de Toros, mientras yo estaba esperando en la sala de urgencias de un hospital.
Recordaré a Salvador Duart, Adrián Gómez y Antonio Márquez, que nos dejaron este año y cuya pérdida me produjo un profundo dolor.
Y guardaré para siempre en mi corazón aquellos momentos y aquellas vivencias compartidas que ya no volverán. Porque nada es para siempre. Ni los toreros, ni las ferias ni los amigos.
Una vez me dijeron que no se durmiera mi sueño. Y no. No se dormirá.
Porque sigo soñando y esperando que el año próximo me lleve a nuevas plazas y pueda de nuevo emocionarme.
Sigo soñando y espero poder ver de nuevo a Vicente Barrera toreando en varias plazas en el año de su retirada.
Y sigo soñando porque soñar me permite seguir aquí, contándoles mis sentimientos.
He conocido, tal y como me propuse, varias Plazas de Toros de la Comunidad Valenciana. Pero no he podido visitar otras que me hacía ilusión.
Regresé a Madrid, y con el último viaje me traje para Valencia lo que creo que ha sido lo mejor de esta temporada: el triunfo de Juan Mora.
De mi Valencia, poca cosa. Una Feria de Fallas fría y lluviosa, con un XX aniversario de Enrique Ponce algo descafeinado.
Una Feria de Julio, por el estilo. Con un claro triunfador, El Juli.
Y una Feria de Octubre, que no eché tan de menos porque ese día 9 de octubre, disfruté de un merecidísimo homenaje, el que sus amigos rindieron a Víctor M. Blázquez.
Lamento la lesión de José Calvo, en vísperas de su vuelta a Las Ventas, que le privó de ratificar su buen toreo en Plazas importantes.
Lamento las cornadas que sufrieron José Tomás, Julio Aparicio y tantos otros mas.
Pero me alegro de haber visto en directo al diestro de Galapagar en uno de sus pocos paseíllos en España, allá por el mes de marzo en la Plaza de Toros de Castellón.
Recordaré siempre aquel brindis que me hizo Luca Ruffo en el mes de junio, en esa misma Plaza a la que le tengo tanto cariño.
Y hablando de Castellón, siento no haber podido ver vestido de luces al diestro de Onda, Paco Ramos.
A él y a tantos otros toreros honestos a los que se les ha privado de la posibilidad de demostrar todo su arte vestidos de luces.
Olvidaré aquel final de julio en el que Cataluña prohibía los festejos en las Plazas de Toros, mientras yo estaba esperando en la sala de urgencias de un hospital.
Recordaré a Salvador Duart, Adrián Gómez y Antonio Márquez, que nos dejaron este año y cuya pérdida me produjo un profundo dolor.
Y guardaré para siempre en mi corazón aquellos momentos y aquellas vivencias compartidas que ya no volverán. Porque nada es para siempre. Ni los toreros, ni las ferias ni los amigos.
Una vez me dijeron que no se durmiera mi sueño. Y no. No se dormirá.
Porque sigo soñando y esperando que el año próximo me lleve a nuevas plazas y pueda de nuevo emocionarme.
Sigo soñando y espero poder ver de nuevo a Vicente Barrera toreando en varias plazas en el año de su retirada.
Y sigo soñando porque soñar me permite seguir aquí, contándoles mis sentimientos.
¡¡Feliz 2011!!
Amparo:
ResponderEliminarMuy feliz año para ti y no sé si serás talismán, pero por si acaso, ¿no te importaría hacerte alguna excursión más a Madrid? Si el resultado es como el día de Juan Mora, seguro que tienes una legión de posibles patrocinadores del viaje.
Un saludo
Amparo, feliz año y besos de toda la familia...Michel
ResponderEliminarMuchas gracias, Enrique. La verdad es que todavía no se que me deparará el 2011 ni a que lugares me llevará...
ResponderEliminarGracias, Michel, igualmente para vosotros