domingo, 5 de diciembre de 2010

Tomando un capuccino

Aquí estoy con un capuccino, como único compañero de este domingo triste.

Los últimos acontecimientos personales, me ha desbordado y me han hecho recapacitar.

Bueno, eso de pensar, lo llevo haciendo desde que tengo uso de razón. O tal vez, esa razón no la he tenido nunca.

Lo siento, porque hoy tenía preparada otra entrada mas alegre, mas artista.

Pero es lo que me ocurre a veces. Enciendo el ordenador, abro mi querido De mediterráneo y oro, y mis dedos teclean solos.

Cambio es la palabra. Incertidumbre es el sentimiento. Ruptura es la realidad. Decisión es la consecuencia.

Ya saben que he pasado por momentos algo desagradables en los últimos meses. Y no voy a volver sobre ellos porque me van a llamar pesada.

Además, ayer un amigo me dijo que se me notaba demasiado sentimental y triste.

No. Hoy mis palabras han de ser de esperanza y de ilusión. Porque es posible que comience una nueva etapa.

Llevo unas semanas cambiando cosas personales, simples detalles sin importancia.

Pero el hecho es lo que realmente vale la pena. Mis deseos de romper con aquello que me cansa, que me asfixia, que no me hace sentir bien.

Ha llegado un momento en el que me he sentido desubicada, desorientada, perdida. Que no encuentro el lugar al que pertenezco.

Lo único que se, es que no puedo romper con lo taurino. Puedo cambiar determinadas actitudes. Puedo delegar ciertas responsabilidades. Puedo deshacerme de ciertas obligaciones.

Pero dejarlo, jamás.

7 comentarios:

  1. Sabes, vengo a acompañarte y a disfrutar esa bocanada de aire fresco, sensación constante en tus entradas.
    Iba a decirle al Meques algo de Félix Rodriguez, que creo que es primicia; pero he preferido sentarme a tu lado mientras terminas ese capuccino, que te ha servido de pretexto para decirnos que también sabes valorar el valor de las cosas sencillas.
    A Isabel-19, se ve que la tienen "cabreá"; y no le faltan motivos. Se entiende muy bien con la Condesa de Estraza, pero com ahora tiene cerrado el Kiosco, pues la ha cogido con Simón Casas. Cómo si le fuesen a faltar oportunidades con el comediante que os habeis "calzao" de empresario!
    Tu ya no sueltas al toro en "toa" tu vida, Amparo; ni yo.
    El Juan, hermano de uno de los del VII, se nos fué el otro día, a lo callandico; y casi sin avisar; no sé de dónde sacaba las fuerzas, para ocultar, que eso venía a por él. Toda su lucha era para demostrar a los socios de la protectora de la que era presidente, que el asunto no era sólo de perritos y gatitos. Conseguía de cuando en cuando llevarse a algún socio a cuidar enfermos de tercera edad, a los que generalmente sus familias, olvidan demasiado.
    Mi "cortaito" me está sabiendo mejor que otros días. Y es que a tu lado...!

    Sármata

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  2. Sí, su ambigua alusión al boxeo me llevó a pensar que podría tratarse de un tipo cercano al Caballero negro. Que estos ejemplares como el Caballero negro admiten pocas cercanías, pero sí alguien afín al pugilato diario con ganas, también,
    de meter caña por un tubo.
    Y en estas salta el Caballero negro por alusiones. Claro, el Caballero negro, que como todo caballero es un coqueto, sabe que está en casa de una dama pero también en su casa, y a la menor lo que quiere es picarle en la cresta a cualquier intruso con el que no contábamos en depezón.
    Tranquilos, amigos, Nao y Negro, así que ahí va una amonestación y un piropo para cada uno de ustedes, para desengrasar, y haber si conseguimos llevarnos medianamente bien de una puta vez.
    Para el Conde Nao:
    amonestación gigante por su falta de tacto en su ambiguo texto al no considerar que el Caballero negro es perro viejo, le han dado en la blogsfera tela, y por lo tanto es normal que ande picajoso y que a la mínima salte.
    Piropo a usted, señor conde, por su soltura al opinar. De eso se trata, de que libremente intervengamos cada uno, aflojándonos de una vez el beato corsé que viene imperado en la taurored del cuerno pocho y subnormal, tan anticuada y cateta.

    Amonestación de parte de todos nosotros para el Caballero negro: ya que es usted perro viejo y teniendo en cuenta que en esta su casa tampoco se puede descuidar por muy relajado que se sienta, queda condenado a reflexionar acerca de si acaso su intervención en respuesta al Conde Nao ha sido la adecuada. Medite, Caballero, y rectifique.
    Mas por nuestra parte se le impone la penitencia es escuchar diez veces, seguidas, la tertulia radiofónica que en la Cabaña Brava nos ofrece un grupo de aficionados íntegros, programa maño de la radiodifusión presentado por un vetador zaragozano conocido por Mariano Ballesteros.
    ¿Un piropo para usted?
    Pues no sé cual escoger pero, si me permite lo hago extensivo, larga vida y salud a todos aquellos seres vivos que van contra la vida luchando a a pecho descubierto, se equivoquen o no, y sin volver la cara jamás.
    El ejemplo de convivencia a la que me refiero, la escuela humanística más apabullante que nos ofrece la naturaleza, la tenemos explícita en el comportamiento nobilísimo del toro bravo.
    Y ahora digo yo, ¿cómo un hombre manso puede intentar siquiera hacernos creer que conoce al toro bravo y reivindicar su presencia en los arenales?

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  3. Pues a mí, que me gustan las distancias cortas! En cuanto te dejas ver:
    Zas! con simplemente ponértela, no es necesario que te carguen la suerte, pues que te la has "tragao" y te mandan allí. Con lo que me gusta que me echen la pierna contraria, y me dejen detrás y que me lo liguen. Pero no, eso ya se ha perdido, en principio porque no quedamos nada más que mansos y si de algún bravo se tratare, de estos que saltan esporádicamente a la arena de las letras, mejor o peor hivanadas -las suyas, sr. anónimo, leche! que no se como llamarle de tantos como sois, bastante mejor que otros y otras- pues que no saben como llevarlo y menos aún lidiarlo; y si eres "profe" de Escuela Taurina o de Universitas de Fundación, te llaman manso.

    Usted, tambien le llama manso a cualquier cosa. No me siento aludido al ser tan poquita cosa, ni mi colega del VII Sármata, seguro que tampoco.

    No habrais más frentes, aunque yo acudo a los que me presenten, siempre que sean aficionados, no necesariamente entendidos. Creo que me he equivocado en lo de Menacho, al entrarle al trapo a uno que nos ha usado para sus fines o propaganda. Eso sí, tienen prohibido hacerlo los que en mi pueblo, les llamamos "sabeores". Ahí puede incluir al Negro que no sabe contar las hojitas a la mata de Isabel-19, al Ballesteros que menciona y que seguro que no le gusta a usted tampoco por lo de trincón, digo yo; ni al Conde ese de "tós" los fregaos y salsas, y que disfruta con creer que sabe...?

    A mí, quién me disloca es Carmen Esteban, la del Kiosco verde, ya que lo del rosa le está viniendo largo. Con lo bien que pega en "toas" las distancias; con lo bien que se lo hace por lo "bajini"; y no me digas cuando la sorprendes y lo hace a "capela"...!

    Bueno ahora en serio. No se quién eres, ni quienes sois, ni de que arte "veneis" je,je! Si es para el bien de la Fiesta y del Toro, lo seais bienvenidos

    Amparo, se dirá? Y "yo con estos pelos?

    Gil de O.

    P/D Amparo, Sármata. Decidme quién es este tio, que no escribe mal del "tó"

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  4. Son delicadeza infinita vuestras palabras, Sármata, Gil y demás reminiscencia.
    Pero acuérdense de —Eso haré yo de muy buena gana, señor mío —respondió Sancho—, con condición que vuestra merced no se ha de enojar de lo que dijere, pues quiere que lo diga en cueros , sin vestirlo de otras ropas de aquellas con que llegaron a mi noticia.
    —En ninguna manera me enojaré —respondió don Quijote—. Bien puedes, Sancho, hablar libremente y sin rodeo alguno.
    —Pues lo primero que digo —dijo [*]—; es que el vulgo tiene a vuestra merced por grandísimo loco, y a mí por no menos mentecato. Los hidalgos dicen que, no conteniéndose vuestra merced en los límites de la hidalguía, se ha puesto don y se ha arremetido a caballero con cuatro cepas y dos yugadas de tierra, y con un trapo atrás y otro adelante . Dicen los caballeros que no querrían que los hidalgos se opusiesen a ellos , especialmente aquellos hidalgos escuderiles que dan humo a los zapatos [33] y toman los puntos de las medias negras con seda verde .
    —Eso —dijo don Quijote— no tiene que ver conmigo, pues ando siempre bien vestido, y jamás remendado: roto, bien podría ser , y el roto, más de las armas que del tiempo.
    —En lo que toca —prosiguió Sancho— a la valentía, cortesía, hazañas y asumpto de vuestra merced, hay diferentes opiniones. Unos dicen: «loco, pero gracioso»; otros, «valiente, pero desgraciado»; otros, «cortés, pero impertinente»; y por aquí van discurriendo en tantas cosas, que ni a vuestra merced ni a mí nos dejan hueso sano.
    —Mira, Sancho —dijo don Quijote—: dondequiera que está la virtud en eminente grado, es perseguida . Pocos o ninguno de los famosos varones que pasaron dejó de ser calumniado de la malicia . Julio César, animosísimo, prudentísimo y valentísimo capitán, fue notado de ambicioso y algún tanto no limpio, ni en sus vestidos ni en sus costumbres . Alejandro, a quien sus hazañas le alcanzaron el renombre de Magno, dicen dél que tuvo sus ciertos puntos de borracho . De Hércules, el de los muchos trabajos, se cuenta que fue lascivo y muelle . De don Galaor, hermano de Amadís de Gaula, se murmura que fue más que demasiadamente rijoso; y de su hermano, que fue llorón . Así que, ¡oh Sancho!, entre las tantas [*] calumnias de buenos bien pueden pasar las mías, como no sean más de las que has dicho.
    —¡Ahí está el toque, cuerpo de mi padre ! —replicó Sancho.
    —Pues ¿hay más? —preguntó don Quijote.

    —Aún la cola falta por desollar —dijo Sancho—: lo de hasta aquí son tortas y pan pintado ; mas si vuestra merced quiere saber todo lo que hay acerca de las caloñas que le ponen , yo le traeré aquí luego al momento quien se las diga todas, sin que les falte una meaja , que anoche llegó el hijo de Bartolomé Carrasco, que viene de estudiar de Salamanca, hecho bachiller , y yéndole yo a dar la bienvenida me dijo que andaba ya en libros la historia de vuestra merced, con nombre del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha ; y dice que me mientan a mí en ella con mi mesmo nombre de Sancho Panza, y a la señora Dulcinea del Toboso, con otras cosas que pasamos nosotros a solas, que me hice cruces de espantado cómo las pudo saber el historiador que las escribió.
    —Yo te aseguro, Sancho —dijo don Quijote—, que debe de ser algún sabio encantador el autor de nuestra historia, que a los tales no se les encubre nada de lo que quieren escribir.
    —¡Y cómo —dijo Sancho— si era sabio y encantador, pues, según dice el bachiller Sansón Carrasco , que así se llama el que dicho tengo, que el autor de la historia se llama Cide Hamete Berenjena!

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  5. Gracias, Sármata por tu compañía...

    Respecto a los otros comentarios, me sigo perdiendo. Me gustaría que no se hicieran alusiones en mi blog a otros blogs o bloggeros. Dejo libertad de expresión, pero si veo que esto se sale de madre, me veré obligada a eliminarlos. Lo siento, pero no quiero que esto se convierta en un lugar para "meterse" con otra gente, que por otra parte, no se quien son. Gracias.

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  6. Pues yo no tendría inconveniente en releer el Quijote, aunque fuere por entregas.

    Pero en los tiempos en que estamos y para entenderse: Mejor hablar en vulgo, para darles gusto. Y es que soy tan burro...

    Quiero saber cosas de Félix Rodriguez. Porfa!

    Meques

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  7. Si, Meques, tranquilo que en breve te dedicaré una entrada sobre Félix Rodríguez, pero es que se me amontona la faena, jeje. Tengo varias cosas que deben salir esta semana. Ya te digo, en cuanto tenga tiempo, lo escribo.

    Ah, yo no he leido el Quijote jamás... Yo si que soy una burra

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