martes, 15 de junio de 2010

Novilleros sin picadores

El mundo de los toros es muy complicado. Eso no lo he descubierto ahora. Tampoco creo que ustedes no lo sepan.

Pero pienso que lo es más para aquellos chavales que con toda la ilusión del mundo se apuntan a una Escuela Taurina, esperando un apoyo, esperando oportunidades.

Para empezar, ¿realmente las Escuelas Taurinas cumplen su función? Me refiero a que para mí, una Escuela Taurina debería enseñar a los chavales la técnica, la historia del toreo, el comportamiento de un torero en la Plaza y fuera de ella, las normas en el toreo...

Hay cosas que se nace sabiéndolas, se nace con ese don. Es muy difícil enseñar a alguien que no dispone de ese don. Y más en esto que además de una profesión, es una creación de Arte en movimiento.

No todos los toreros han pasado por Escuelas Taurinas y torean. Y no todos los que han pasado por Escuelas Taurinas, torean.

No con esto quiero decir que las Escuelas Taurinas no sirvan. No me malinterpreten que no quiero decir eso.

Quiero decir que una persona es torero, se siente torero, independientemente de su paso por una Escuela o si es autodidacta o si tiene un profesor particular.

Mi queja de las Escuelas Taurinas es que a veces trasladan la problemática general del mundo taurino a los que están empezando.

Me refiero a que en teoría deberían tener todos los chavales las mismas oportunidades. Si alguno despunta, volcarse con él, pero sin dejar de lado los demás.

Pero a veces no entiendo cual es el criterio que adoptan para decir que un chaval despunta. De veras les digo que no lo entiendo.

O será que para mi el toreo es otro. O será que yo no se ver lo que demás ven.

No se trata todo de tener suerte, no. Además, hay que tener contactos, hay que tener dinero.

Y con eso trasladamos a los chavales que empiezan, la problemática general de los mayores. Quien no tiene padrino, no se bautiza.

Tampoco los chavales son las únicas víctimas. Quiero decir que algunos ya van de figuras por la vida.

¿De quién es la culpa? ¿De los padres? ¿De las Escuelas? ¿De los propios chavales? ¿De la gente que tienen alrededor?

Una persona que está empezando en cualquier profesión, me da igual que sea torero, abogado, médico o peón de una obra, no puede ir con aires de grandeza.

Si, debe tener ambición, pero también debe ser humilde. Ha de disfrutar de las oportunidades que se le ofrecen, luchar por su sueño, trabajar duro para conseguirlo.

Muy pocos de los que empiezan llegarán a ser alguien en el mundo de los toros. Solo unos cuantos elegidos. Solo aquellos que además de tener ese don, tienen suerte y saben aprovecharla.

Tal vez me noten algo pesimista, pero solamente cuento la cruda realidad. Al menos es así como yo lo veo.

4 comentarios:

  1. ¿y con todo esto donde pretendes llegar?
    ¿cual es tu pregunta en concreto?
    ¿No crees que estas demasiado verde en estas lides para plantear estas reflexiones?
    Funcionan y han funcionado muchas escuelas, hay una federacion nacional de escuelas taurinas, han salido muchos toreros de las escuelas, tambien algunas figuras. ¿NO sera que te mueve el amiguismo?. Ya sabes.

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  2. No pretendo nada mas que expresar mis sentimientos, Delacalle. No pregunto nada en concreto. Cada uno que saque sus propias conclusiones.

    Para mi desgracia se muchas cosas que no puedo contar. Digo para mi desgracia porque me gustaría no saberlas.

    Claro que han salido figuras de las Escuelas Taurinas. Y saldrán. Pero ese no es el tema.

    Yo solo cuento la realidad como yo la veo, nada mas.

    Saludos

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  3. Yo opino que en las escuelas se deberian centrar mas en enseñarnos la tecnica en vez de enseñarnos el toreo que han tenido los mismos profesores.(Que nos dejen expresarnos toreando) Favoritismos hay en todos los lados y por desgracia es lo que toca. Los profesores eligen y no hay más. Muy pocos toreros que triunfen han salido de escuelas. Pero si es la unica manera de torear pues a agarrarse los machos y a tirar para adelante. y no hay mas. un saludo desde el levante.

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  4. Si vives en el Levante, debo conocerte, ¿no?

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