¿En qué te han convertido?

Estoy dolida, desilusionada, cabreada, indignada, apenada... Añadan todos los calificativos que ustedes deseen.

Esta mañana me he desayunado con el adelanto de los carteles de la Feria de Julio. Y me ha entrado unas ganas de vomitar...

Recuerdo cuando mi abuela me contaba sus Ferias de Julio. No se perdía una corrida. Asistía a la Plaza de Toros con su cesto de fruta. Disfrutaba, lo pasaba bien.

Después de los toros, estrenaba un vestido cada noche para asistir a las tradicionales verbenas que se celebraban en La Alameda.

También mi padre me cuenta aquella Feria de Julio de 1950, donde torearon todas las tardes Litri, Aparicio y otro.

Me dice que nadie se marchaba de la ciudad a los chalets o apartamentos hasta que la Feria de Julio terminara.

Si, me dirán que son otros tiempos. Que entonces no había otra cosa que hacer que ir al fútbol o a los toros, que no todo el mundo podía permitirse tener una segunda residencia.

La Feria de Julio fue la primera que se creó en Valencia, mucho antes que la Feria de Fallas. Y durante mucho tiempo fue referente de la temporada taurina.

Pero yo me siento estafada y engañada. Y lo que mas me duele es que no encuentro ningún argumento para defender a mi Plaza, ni a la Feria que mas me gusta, con la que mas he disfrutado.

Ya no digo que no hayan contado con Vicente Barrera. Otra mentira mas. Prometieron su presencia en esta Feria.

Ni digo que no haya este año el Certamen de Camino a matador, que aunque el nombre no era el mas adecuado para dicho concurso, al menos daba la posibilidad a los novilleros para torear.

Ni me quejo porque nos privan este año de la Feria de la Comunidad, por unas obras que no entiendo a cuento de que se están realizando si no es para cobrar comisiones.

Ni cuento las figuras que vienen, las que no vienen, los toreritos que van de figuras, ni los toreros enchufados.

Que no, que no me da la gana.

Y ¿saben que es lo peor? Que cuando llegue el momento, sacaré de nuevo mi abono y volveré otra vez a mi Plaza.

Aunque la hayan convertido en un circo, en el hazmereir de todo el panorama taurino.

A pesar de que la gente reniegue de ella. Yo regresaré e intentaré disfrutar como sea. Con ese café antes de los toros o con ese vinito después.

Y saludaré a todos aquellos que como yo, están muy enfadados. Porque de eso, esta nueva empresa no me va a privar.