Pues si, llegó la entrada número 100. Un número redondo, como el ruedo, el albero o el redondel, mi nick. Redondo como el sol que nos alumbra cada amanecer.
Quién me iba a decir a mi aquel 21 de marzo, día en que comenzó este blog a andar, que continuaría por su camino.
100 entradas, 11 seguidores, 2145 visitas. Vivencias, malhumores, emociones, denuncias, sueños, escapadas, inspirada o sin inspiración.
Todo comenzó como un diario y les prometo que jamás pensaba que lo leería tanta gente. Mi gente del foro, periodistas, toreros, amigos no taurinos, gente del toro, gente a la que conozco, gente con la que nunca he hablado, anónimos.
Es un blog diferente. A mi manera. Con mi estilo. En el que han podido notar mis estados de ánimo a través de mis escritos.
Algunos lo he escrito con el alma. Como aquel que iba dedicado a Dimas, aquel niño que espero siga soñando con ser torero, o el de la Placita a la orilla del mar, sobre la Plaza de Vinaroz, que me encandiló o los dedicados a los toreros de plata.
Otros con rabia, como el de Los impresentables o el de la desilusión por no ver torear a Román.
O con alegría, como aquel que les contaba mi experiencia en el Palco el día de la clase práctica o cuando conté que José Calvo cumplió su promesa o mi debut en La Maestranza.
O con melancolía como aquellos en los que recordaba a aquellos toreros olvidados y sin oportunidades o el de las suspensiones.
O con esperanza, cuando hablaba del comienzo de las Ferias, o cuando conté que empecé las clases en la Escuela de Tauromaquia.
Les he hablado de libros, películas, conferencias, charlas, cenas, premios, homenajes, viajes, personas del mundo del toro, exposiciones, capeas...
Quería que esta entrada fuera la última del año, a modo de resumen. Pero es imposible en un escrito contarles todo lo que he sentido y no puedo quedarme solo con una emoción. Lo han ido sabiendo día a día. Y así seguirá siendo el año próximo.
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