Un Victorino en el campo. Año 2011 |
Cuando ese toro sale por toriles tenemos la esperanza de que podemos disfrutar del comportamiento de este bello animal.
Desde los primeros compases, cuando va con fijeza al capote del matador mantenemos esa ilusión de que puede ser un buen toro.
Sin embargo, observamos que no empuja en varas, que no obedece a la brega o que va a su aire en banderillas.
Y cuando el torero coge el paño de franela, no hace caso al engaño y busca al torero. incluso llegando a cogerlo.
Así ocurre con ciertas personas.
Hay veces que el azar, las circunstancias o la casualidad pone en tu camino a gente que piensas que es noble.
Al principio confías y compartes cosas.
Pero mientras ves que el tiempo transurre, aquellas personas que pensabas que eran nobles, dejan de serlo.
Igual que el toro es capaz de enganchar al torero, esas personas, si pueden te tiran por el suelo.
Algunos toreros son capaces de lidiar a esos toros con artimañas, con ventajas y siempre con la pierna retrasada.
Pero otros, solo saben torear con la verdad.
Sin embargo, poca gente es capaz de ver estos detalles.
Queda más bonito alabar a un figura que hace cualquier cosa por entrar en las grandes ferias.
Sin embargo, lo difícil es estar al lado de aquel que lucha por abrirse camino en este bonito pero difícil mundo.
Porque estos son los que más zancadillas reciben en su carrera.
Y las reciben porque la verdad a pocos les gusta.
Y porque es mucho más fácil ser un ventajista que un torero íntegro.
Pero a mi las ventajas, las artimañas y la falsedades no me gustan.
Por eso siempre he defendido a los toreros de verdad.
Porque en la plaza como en la vida, hay que ser íntegro e ir dando la cara.
Aunque hay veces que es más fácil lo contrario.
Pero yo soy una persona que lucha por lo que cree justo.
Y aunque no guste mi manera de ser, poco me importa.
Porque mi conciencia la tengo bien tranquila.
Algunos no pueden decir lo mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario