lunes, 12 de marzo de 2012

Tarde triunfal


Si por triunfo entendemos cortar orejas, podemos afirmar que la tarde de hoy en el Coso de la Calle Xátiva ha sido histórica.

Se han cortado 6 orejas, 6. Y dos toreros han abierto la Puerta Grande.

Si por triunfo entendemos más de tres cuartos de entrada, lleno absoluto en sol, podemos afirmar, que la tarde de hoy ha sido espectacular.

Si por triunfo entendemos aplausos, ovaciones y olés, podemos afirmar que hoy, en la Plaza de Toros de Valencia ha habido de todo esto.

Pero ya si por triunfo entendemos torear, podemos afirmar que de esto, poco hemos visto en el ruedo.

Comprendo, acepto y comparto que carteles "mediáticos" como el de hoy, debe haber en todas las Ferias.

No se puede privar a gente a la que le guste el Fandi como banderillea, o le encanta la simpatía y el salto de la rana del Cordobés o la belleza de Paquirri, de tener su tarde de disfrute.

Y no se puede discutir que algunos toreros tienen un tirón popular entre ciertos sectores y eso implica la venta masiva de entradas.

A pesar de que esta tarde coincidía casi en horario, una hora antes como en Canarias, el partido en Mestalla del Valencia C de F. Donde por cierto, han habido también muchos pañuelos blancos.

Y que algunos han optado por coger el tren y asistir a la primera de Feria de la Magdalena, donde ante astados de Fuente Ymbro se enfrentaban Diego Urdiales, Matías Tejela e Iván Fandiño.

La gente estaba ansiosa por pasar una tarde divertida. Domingo y buen tiempo. Mascletá, comida y toros era un plan más que perfecto.

Pero yo, que quieren que les diga.

Escuchar olés nada más coger la muleta, aplaudir la voltereta de un toro, gritar ante la mínima mirada del animal, pedir orejas con pañuelos blancos, almohadillas o sábanas e incluso a grito "pelao", piropear con guapo, guapo, guapo, no lo encuentro de recibo.

Luego por ahí dicen que la Plaza de Valencia es la más festiva. Y me duele escucharlo.

Pero hoy, no tengo más remedio que resignarme y aceptar que tienen razón.

Se me ha hecho eterna la tarde. No pasaban los segundos, ni los minutos ni las horas.

Y podrán echarme en cara, que para que narices he ido hoy a la Plaza.

Y no se que contestarles.

Solo una vez he aplaudido. En el último par de banderillas de Paquirri.

Todos tienen derecho a su espacio. Y lo respeto.

Pero a mi el año próximo que no me busquen.

Porque me encontrarán merendando chocolate con buñuelos de calabaza, que seguro que me sentarán mejor.

4 comentarios:

  1. Amparo y tampoco pudistes fumarte un cigarrillo para espantar el tedio, ya ni eso.-Saludos.

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  2. Cierto, cierto. En el último toro el señor al que le molestaba mi humo, se marchó. Así que despedí la tarde triunfal con un pitillo.

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  3. Amparo,lo que comentas es una gran parte del populacho,yo empeze por esa parte, aplaudiendolo todo. y no entendia como mi novio entonces ,salia de la plaza sin emocion en el cuerpo,con el paso de los años me ha trasmitido otra manera de entender el toreo.

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  4. Un día me contaron una historia parecida. Un joven entonces, llevó a su novia a los otros. Y eligió llevarla a una corrida de El Cordobés. Ella estaba encantada. Con el paso de los años, ella fue aprendiendo otras maneras de ver los toros, como tu. Y ahora es una excelente aficionada. Y pasan de los 60.
    Muchas gracias por tus comentarios!!!

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