viernes, 26 de junio de 2009

Aprendiéndome el santoral

A pesar de que el artículo 16.3 de la Constitución Española declara a España como un Estado aconfesional, los santos, Vírgenes y demás divinidades están muy relacionadas con el mundo de los toros.

Ya no solo porque los toreros tienen su propio patrón, San Pedro Regalado, fraile nacido en Valladolid y que se celebra el 13 de mayo. Por cierto, hace un par de años coincidió con mi santo y para mi fue un honor compartir onomástica con los toreros.

Los propios matadores, antes de hacer el paseillo, se encomiendan a todos los santos acudiendo a la Capilla de la Plaza de Toros, o en la propia que se llevan de lugar a lugar y en la que recogen todas las estampitas que los aficionados y aficionadas les han ido regalando a lo largo de su carrera. Todos, no, porque alguno hay que no reza antes de enfrentarse a un toro.

Pero es que si repasamos las distintas Ferias que se organizan a lo largo de toda la geografía española, muchas de ellas se realizan alrededor de la festividad de algún santo. San José, San Jorge, San Isidro, San Fermín, San Jaime, San Juan, San Pedro y San Pablo, San Miguel... Por no hablar de las Vírgenes, la de los Desamparados, la del Carmen, la de Agosto...

Hasta los propios corredores entonan el "A San Fermín venimos porque es nuestro patrón, nos guíe en el encierro, dándonos su bendición" antes de emprender el fascinante encierro en Pamplona, sean o no creyentes.

En la pasada Feria de Fallas, rescaté uno de los rosarios que heredé de mi abuela, justo el día que toreaba el diestro que nunca pisa una Capilla, y lo llevé en mi muñeca. Ese día y el de San José. Que una ayudita de arriba, nunca viene mal.

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