Una persona a la que conocía, había fallecido.
Tenía mi edad.
No era uno de mis mejores amigos, pero era una persona que siempre me saludaba y a la que tenía cariño.
Me quedé sin palabras.
Y así sigo ahora mismo.
Pero quería dedicarle una entrada de mi blog a Luismi.
Y no se que decir.
Veo su foto y recuerdo la última vez que hablé con él.
Fue el pasado viernes en Xátiva.
Luis era el apoderado de Junco Moreno.
Y ahora Yeray se ha quedado sin una parte de su vida.
Y los que le conocimos, echaremos de menos sus risas y su rebeldía.
Pero su familia es quien peor lo estará pasando en estos momentos.
Por eso quiero enviarles desde aquí, el abrazo más grande que pueda dar.
Descansa en paz, Luismi.
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