La mujer en el mundo del toro

Hace un par de meses leí el libro, escrito por la estadounidense Muriel Feiner, la Mujer en el mundo de Toro. Pero por unas cosas u otras no había escrito esta entrada.

Primero destacaría a su autora, quien dejó su tierra natal después de un verano que pasó en España donde se enamoró de la Fiesta y que años mas tarde, también de un torero de plata con quien contrajo matrimonio.

Cierto es que el libro, escrito en la década de los 90 ha quedado algo desfasado, sobre todo en las nuevas mujeres toreras, ganaderas, periodistas, escritoras, pintoras y aficionadas que han proliferado desde entonces.

Pero he de destacar la gran labor de investigación de Muriel, pues se remonta a los mismos principios de la Fiesta y ya desde ese momento, había mujeres toreras.

A veces, y durante una temporada, estas mujeres formaban parte de un espectáculo. Otras, solo podían torear a caballo, debido a la prohibición durante muchos años de que las mujeres pudieran torear a pie. Pero en la actualidad, estas mujeres torean en la Plazas y son anunciadas en los carteles. A parte de las mujeres que torean a caballo.

Pero a parte de estas mujeres toreras que todos conocemos, el libro demuestra que han sido cientos e incluso miles de toreras que desde el principio de los tiempos, se han puesto delante de un toro o novillo. Algunas con mas ventura que otras. Y no solo habla de las toreras, sino que también lo hace de ganaderas, madres y mujeres de toreros, periodistas y aficionadas.

Muchos conocemos los nombres de Juanita Cruz, Conchita Cintrón, Maribel Atiénzar, Ángela, Cristina Sánchez, Mari Paz Vega, María Sara.

En los últimos tiempos suenan los nombres de algunas novilleras como Conchi Ríos o Verónica, una novillera sin caballos que participó en el último Concurso de Escuelas Taurinas televisado por Canal Sur. Y seguro que hay muchas mas.

Pero de entre todas estas, yo tengo un especial cariño a dos novilleras, una con caballos, María Morillas y otra que todavía no ha toreado en público, pero que lo hará esta noche, Cristina Blasco, aunque a ella le gusta más Cristina Clemente, en homenaje a su abuelo, Manuel Clemente que fue torero.

Y tengo especial cariño, porque ambas son amigas mías, porque a ambas las he visto torear en un tentadero y en una capea y porque se de primera mano, porque las he visto y lo he compartido con ellas, la ilusión que tienen y el esfuerzo que realizan cada día por abrirse hueco en este mundo de los toros.

Les confesaré algo. Hace un tiempo yo no era partidiaria de que una mujer se vistiera de luces y toreara. Pero con el tiempo, y gracias a ellas, me he dado cuenta de que la mujer, y a pesar del machismo que reina en este mundo, también puede torear.

Se desprende una finura sin igual, una sensibilidad que solo las mujeres tenemos, y un temple y un saber estar en la Plaza, que a algunos hombres, les falta.

Me dirán que la condición física de una mujer puede ser inferior a la de un hombre. Y puede que tengan razón. Que una mujer puede que no se enfrente a un toro con una cornamenta voluptuosa o de peso desmedido. Y puede que tengan razón. Pero yo les contesto, que esto, hay muchos toreros hombres, incluso figuras, que no lo hacen.

Pronto las veré torear en una Plaza de Toros. A María Morillas, el próximo 19 de septiembre, en la Plaza de Toros de Algemesí, su casa. Y a Cristina, esta misma noche, en la Plaza de Toros de la Pobla del Duc, mi pueblo.

Deben imaginar la ilusión que tengo de que Cristina, a la que quiero como si fuera mi hija, toree su primera becerra en público en la Plaza de Toros de mi pueblo. Eso me colma de una felicidad infinita. Y por eso quería compartirlo con ustedes, hoy, día 26 de agosto de 2010.

¡Que Dios reparta suerte!