jueves, 21 de agosto de 2014

El sueño de una tarde de verano

Había una vez un torero que llevaba 20 años sin vestirse de luces porque una lesión de rodilla se lo impidió.

Tras un calvario de operaciones, disgustos, lamentos y una vida de altibajos se le metió en la cabeza que quería volver a torear.

Se preparó, adelgazó, toreó en el campo y el día de su reaparición, llegó.

Y fue el pasado día 17 de agosto en la Plaza de toros de Xátiva, la plaza mas grande del  mundo porque nunca se llena. Tampoco aquella tarde.

Las crónicas, fotos, videos y comentarios circulan por los medios desde entonces.

No voy a ser yo quien haga una crónica mas, solo voy a hablarles de sentimientos.

El afán de superación de un hombre que lo había perdido todo, en el mundo del toro y en su vida.

Las ganas de tirar p'alante y decir aquí estoy yo.

Multitud de "soristas" se dieron cita a las 19'30 en la Plaza de toros y desde horas antes en los alrededores.

Y su sueño se cumplió.

Volvió a vestirse de luces, hizo el paseillo en una plaza de toros, toreó fiel a su estilo, cortó dos orejas y salió por la puerta grande.





Los sueños son bonitos mientras los tienes, luchas por conseguirlos y una vez que los has alcanzado, tienes una gran satisfacción.

Lo peor es cuando esos sueños no pueden cumplirse.

Enhorabuena por haber conseguido la meta, torero.

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