¿Y qué les cuento?

Se habrán dado cuenta de que casi no les cuento mis cosas.

Hace un par de días, un fiel lector me preguntó si no tenía ganas de escribir.

Y le contesté que no estaba pasando por un buen momento y no me apetecía.

¿Saben?

Hace un tiempo, esos días tristes que todos tenemos a veces, eran los que me inspiraban.

Me sentaba delante del ordenador y las palabras salían solas.

Y cuando le daba a la tecla de publicar, me sentía bien.

Había sido capaz de contarles mis sentimientos y había logrado desahogarme con ustedes.

Últimamente, me guardo demasiado esos temores.

Muy poca gente sabe realmente como me siento, por no decir nadie.

Ahora mismo estoy escuchando los pasodobles del disco Pinturerías.

Aquel disco que la Banda Unión Musical editó hace unos años y que su Director José Pardo me pidió que escribiera el prólogo.

Me hizo mucha ilusión aquel reto.

Y eso es lo que necesito.

Esas pequeñas ilusiones que perdí y que ahora no encuentro.

Hace poco mas de un año, un amigo torero me dijo que cuando llegara la primavera, recuperaría esa ilusión.

Por desgracia, se equivocó. No la recuperé.

Y llevo arrastrando ese malestar durante bastante tiempo.

Ocurre como el resfriado mal curado.

Si no se trata a tiempo, puede tener consecuencias muy graves.

No es que mi dolencia las vaya a tener, pero voy a tener que tomar una medicina bastante eficaz, porque esto no puede ser.

Y es momento de ponerse bien pronto, porque la temporada ya ha comenzado.

El pasado domingo estuve en Requena y ya he renovado mi abono para la Feria de Fallas.

Así que por la cuenta que me tiene, procuraré estar bien.

Me lo merezco.

Y ustedes, también.