Les confieso que no he tenido ocasión de verla en pantalla grande.
Espero que la repongan las salas de cine aprovechando el triunfo cosechado o que la Sala de reestreno que frecuento, el cine D'Or, la proyecte en breve.
Pero si les puedo contar que anoche, viví la Gala con ilusión.
Como si los galardones concedidos, fueran un triunfo de los taurinos.
A pesar de que tuve que soportar la politización de un arte que jamás debería ser utilizado para reivindicaciones o críticas ajenas al cine.
Me llamó la atención la eterna sonrisa de su director, Pablo Berger. Me encandiló.
Según lo que he leído, no es una pelicula taurina en sentido estricto, pero si que hace un tratamiento exquisito de la Tauromaquia.
Lamentablemente, nadie hizo mención de esto al recibir los premios.
No debería ser políticamente correcto.
Aunque sinceramente, para mí, lo único correcto de la velada fueron los premios que recibieron los premiados y la estatuilla de D. Francisco de Goya.
De algunos discursos y la presentación, prefiero no decir nada.
Cada cual, que opine como quiera.
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