De repente me ha venido a la cabeza algo que quiero compartir con ustedes.
Un sentimiento que no es nuevo y que en otras ocasiones creo que ya les he contado.
Podría esperar a mañana, porque ahora tengo la sangre caliente.
Pero seguramente mañana, ya lo habré olvidado.
Esta tarde en Badajoz, según he leído y escuchado se ha vivido una tarde espectacular.
Muchos hablan de oidas.
Otros han estado presentes en la Plaza.
Pero como siempre, aparecen los dos grupos.
Aquellos que critican todo lo criticable y defienden todo lo indefendible.
Y aquellos que solo hablan de emoción.
Pero lo curioso del tema es que aquellos que critican y aquellos que defienden son justamente aquellos que no han visto la corrida.
Como mucho la habrán escuchado por la radio, como he hecho yo.
Y así es muy difícil tener un criterio sobre algo sin haberlo vivido.
Me molesta soberanamente que la gente para alabar a alguien, tire por el suelo a otros.
Y viceversa.
Y eso es algo bastante común en el mundo de los toros.
Los partidiarios de un torero, no soportan que otro triunfe y empiezan a argumentar con tópicos que ni siquiera conocen.
Así no vamos bien.
Y luego nos quejamos de los antis.
Jamás habrá unidad mientras la gente siga despotricando sin argumentos.
Y vamos por muy mal camino cuando unos no entienden o no quieren entender la emoción de los otros.
En fin, tenía que desahogarme.
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