El otro día, paseando por mi ciudad, descubrí algo que nunca había sentido.
Estaba esperando a cruzar el semáforo de la Calle Colón, hacia el Paseo Ruzafa.
Y como siempre que hago cuando estoy allí, giré mi cabeza hacia mi izquierda.
Estaba anocheciendo y las luces de la Plaza de Toros de Valencia, brillaban.
Muchas veces había estado situada en el mismo lugar, esperando a cruzar el mismo semáforo.
Pero esas veces, era de día. Entonces no pude apreciar esa belleza.
Si alguna vez se encuentran en ese punto, cuando está anocheciendo, hagan la prueba.
No se arrepentirán.
Se que las fotos no pueden dar idea de lo que sentí. Los planos son parecidos. Pero la sensación ha de vivirse en ese exacto lugar.
Porque no es lo mismo.
¡Bien Amparo! ¡Bien! ¡Que poesía! Es como yo mismo estoy en la calle de Jativa mirando a la plaza! Enhorabuena
ResponderEliminarGracias, Pieter. En un mes, estarás aquí en ese mismo lugar. Ya verás que sensación.
ResponderEliminarAmparo:
ResponderEliminar¡Qué necesitada te veo de toros, verónicas y naturales! Tranquila que ya llega. A veces me gustaría que muchos que no entienden nuestra afición, se dieran cuenta de que para nosotros esto es más que una simple afición. ¡Ah! y además para disfrutarla, hay que tener sensibilidad. Será eso por lo que no puede gustar a todo el mundo, por la sensibilidad.
Un saludo
PD: Y lo grande que es la plaza de nuestro pueblo, sea cuál sea el pueblo ¿verdad?
No es que tenga ganas, Enrique, es que no se que me pasa cuando estoy cerca de la Plaza y mas ahora que nos acercamos a la primavera....
ResponderEliminar¡Qué razón tienes con lo de la sensibilidad! Se puede tener otro tipo de aficiones, pero yo creo que la de los toros es distinta a cualquier otra.
Un saludo