En la Comunidad Valenciana hay muchas localidades que tienen Plazas de Toros. No voy a nombrarlas aquí porque seguro que me dejaría alguna. Y esto no es un tratado taurino.
Me da pena que muchas de esas Plazas estén cerradas a cal y canto. Que esas Plazas estén sucias, que esas Plazas estén descuidadas.
Sería bonito que se recuperaran, que se pintaran, que se pusieran bonitas, que se engalanaran para una ocasión especial.
Ayer asistí a la novillada que se celebró en Ondara y me dio mucha lástima que esa preciosidad de Plaza, donde torearon figuras del toreo, estuviera vacía.
Apenas unas 300 personas estaban sentadas en los tendidos. Pero al menos, se abrió la Plaza para dar toros.
¿Cual es el problema? Sinceramente pienso que el problema está en el maldito dinero y en la falta de ilusión.
Hace falta mucho dinero para dar un espectáculo taurino. Nos guste o no, eso es así.
Pero la gente cada día está mas desilusionada. Yo, la primera.
Quizás esa magia que debería acompañarme siempre y que desapareció un día, haya vuelto. Aunque seguramente nunca se marchó.
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