Tengo la inmensa suerte de vivir en una ciudad con vistas al mar. No concibo mi vida sin toros, pero tampoco sin tener la playa cerca y de
En Cullera hace unos años se construyó una Placita, que no tiene las medidas reglamentarias, pero donde se podrían torear becerradas, de hecho hace un tiempo se celebró allí un Concurso de Escuelas Taurinas. Ahora que está de moda remodelar y reabrir las Plazas de Toros con encanto, me gustaría tanto que pensaran en ella...
Sería una delicia para mi disfrutar de una jornada de playa y toros. Por la mañana a ligar bronce junto al mar y por la tarde, ligarlo junto al albero. De ilusión también se vive.
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