Un color, un olor, un sentir. Mi Sevilla del alma. La que solo conozco en otoño. Desde que pisé su tierra, atrapó mi corazón de tal forma que me enamoró. Y ya no puedo vivir sin ella.
Y ayer empezaron los toros en la Maestranza. En esa bendita Plaza de Toros. Con su Puerta del Príncipe. Aquella que en 1994, abrió por vez primera un valenciano. Y tenía que ser Vicente Barrera.
Y llovió. Y eso que el agua en Sevilla es una maravilla. Pero no cuando hay toros. El pasado año hubo 7 suspensiones, 7. Y una la sufrí yo. Pero volveré. Vamos, que si volveré. Y veré toros en la Maestranza. Vamos, que si los veré.
Y comienza con la Pre Feria, que luego vienen los Farolillos, el Corpus, las novilladas de los domingos y San Miguel. ¿Será por toros en Sevilla? ¿Será por emociones en Sevilla? ¿Será por toreros en Sevilla?
Y en Sevilla murió un torero valenciano, Manolo Montoliu. Y en Sevilla se doctoró otro valenciano que también encontró la muerte en el ruedo, Manuel Granero. Y en Valencia tomó la alternativa hace cincuenta años un sevillano, Curro Romero.
Y en Sevilla se respira azahar, como en Valencia. Y en Sevilla hay un río, como en Valencia. Y en Sevilla ganó el Valencia una Copa del Rey. Y mañana se enfrentan ambos equipos en Mestalla. El Valencia y el Sevilla. Y en Valencia vivo yo. Pero mi sueño está en Sevilla.
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