Parar, templar y mandar son los tres pilares básicos de la Tauromaquia.
Pero no les voy a hablar de lo que significan estos términos.
Porque todos los que me leen saben de sobra que un buen torero es aquel que realiza estas tres acciones.
Y las tres son correlativas.
Ya saben que mi blog es un poco diferente y siempre o casi siempre trato de expresar mis sentimientos en él.
Y eso es lo que voy a hacer hoy mientras escucho la música de un grupo valenciano que me encanta, Revólver.
Deberían escuchar sus letras porque son muy buenas y relajantes.
Pero no voy por ahí, que ya saben que cuando mi inspiración está subida, mis dedos teclean sin parar.
Y hablando de parar es por lo que hoy estoy escribiendo.
Estos últimos meses han sido muy estresantes para mi persona.
No he tenido ni un solo día en el que haya podido descansar.
Aprovechando para recuperarme de un mal de espalda que me aqueja desde hace unos días, entre otros males sin importancia pero molestos que arrastro desde hace mas de un mes, he decidido quedarme hoy en casa y relajarme.
Eso me ha servido para poner en orden papeles y también mis ideas.
He templado todo el desorden que me aquejaba últimamente.
Y mi cabeza, una vez que he parado, me ha permitido ver cosas que hace unos días no veía.
Me he dado cuenta de que todo iba deprisa y corriendo, que no tenía tiempo para mis cosas, que no encontraba momentos para dedicarlos a mi afición.
Pero el día tiene 24 horas y no puedo caer en la pereza, en la desidia y en el agobio.
He de sacar las fuerzas que tengo escondidas y que se que tengo porque cuando han hecho falta ahí han estado sin flaquear.
Ahora las cosas parece que están más tranquilas y es buen momento para volver, dentro de mis limitaciones familiares, claro.
Espero ser una buena torera y poder volver a mandar.
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