24 horas en Sevilla

Todo comenzó el pasado viernes.

Cuatro "locos" nos encontramos en twitter y de repente, empezamos a idear una aventura.

¿Y si vamos a Sevilla a ver a Román?

Dicho y hecho. Pensat i fet.

Allá que nos fuimos el domingo dirección sur.

Nos encontramos por el camino mucha lluvia y nieve, pero llegamos a nuestro destino con mucha ilusión.

Tarde de toros en la Maestranza, esa plaza a la que Juncal le daba los buenos días todas las mañanas.

La emoción estaba a flor de piel.

Cuando Román toreó con el paño de franela al jabonero, sonó la música.

¡Cómo suena esa banda!

Fue impresionante.

Incluso unas lágrimas rozaron mi mejilla.

Ver el temple y el valor de Román al son de la música fue espectacular.

Hubo dos sobresaltos con sendas volteretas.

Pero puso en pie a la Maestranza y se escuchaban esos bieeeen que tanto me gustan.

La faena era de oreja, pero la espada le impidió tocar pelo.

Aquí les dejo tres instantáneas de Arjona.

Foto Arjona

Foto Arjona

Foto Arjona

El segundo de Nuñez del Cuvillo fue complicado. No humillaba.

Y aunque fue grande esfuerzo del valenciano, no pudimos ver esa faena soñada.

Al abandonar la plaza, se le notaba apagado.

Pero una sonrisa esbozó al ver a los cuatro "locos" con una señera.

Podría decir que estuvo a punto de llorar de emoción o de impotencia.

Román fue el culpable de que volviera a pisar esa ciudad que tanto quiero.

Fueron solo 24 horas las que permanecimos en Sevilla.

Un día completo que aprovechamos al máximo.

Tarde de toros, noche de tapas y mañana para callejear la ciudad.

Mil gracias a mis compañeros de viaje, Andrés, Mariajo y María.

A veces sienta de maravilla cometer estas locuras porque son bellas.