Afortunadamente estoy trabajando y fue imposible desplazarme 800 kilómetros.
Ayer, desde las 10'30 aproximadamente estuve pendiente de twitter.
Me empapé de todas las palabrasde los que no pudimos estar presentes.
Devoré todos los comentarios de los periodistas, aficionados y portales que estaban allí.
Estaba nerviosa desde minutos antes de que comenzara el paseíllo.
Esos nervios se fueron convirtiendo poco a poco en emociones.
El relato de lo que estaba aconteciendo en el Coliseo de Nimes fue tan intenso que me imaginaba lo que estaba ocurriendo.
Si para mi desde la distancia fue algo increible, para los que disfrutaron de la mañana de ayer in situ, debió ser algo estremecedor.
No he podido ver más imágenes que las que han salido en los telediarios.
Pero en cuanto cierre esta página voy a verlas.
No quería observarlas antes de escribir estas líneas.
Porque a veces los sentimientos brotan de las palabras de otros.
Santo Tomás dijo que sin ver no creía.
Pero yo digo que creo sin haberlo visto.
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