domingo, 31 de octubre de 2010

Tres cosas para contarles

Hoy tenía ganas de escribir. Y tenía varios temas. Pero en realidad, mientras estoy escribiendo, no se todavía que contarles, ni que título poner.

Hace unos meses, me pasó algo parecido. Y conforme iba tecleando las palabras, mis dedos iban escribiendo casi sin darme cuenta.

Uno de los temas que rondaban mi cabeza, era que esta madrugada, a las tres, eran las dos. Esta madrugada, han cambiado la hora. Este año me he dado cuenta que significa cambiar la hora. Volvemos al horario de invierno. Dicen que se ahorra mucha energía.

Pero para mi, este año, ha significado, el fin de la temporada. El comienzo del crudo invierno. Una etapa en la que los toreros se preparan, van al campo.

Un tiempo en el que no torean ante el público. Un tiempo en el que se encierran para coger fuerzas para afrontar la nueva temporada.

Este año, mi temporada ha sido algo rara. Me he “perdido” casi todas las ferias que se han celebrado desde el mes de agosto. Bilbao, Cuenca, Albacete, Salamanca, Zaragoza y otras mas.

Y con eso comienzo el segundo de los temas que tenía en mente.

Si les soy sincera, salvo alguna novillada sin picadores y la jornada inolvidable del 2 de octubre en Madrid, durante ese tiempo, no he seguido la temporada. Mi cabeza no estaba para eso.

Desconozco las faenas memorables. Desconozco las ganaderías lidiadas. Desconozco los triunfos de los toreros. No se si me he perdido algo.

Y hoy, 31 de octubre, es la víspera de Todos Santos. El tercero de los temas comienza.

Debo ser demasiado tradicional. Pero eso del Halloween, no va conmigo. Eso de disfrazarse. Eso del miedo porque si.

El miedo, existe. Ya hablamos de eso en otra entrada. Pero no es necesario provocarlo porque si. Ya viene solo.

Además, no debe se debe tener miedo a las personas fallecidas. Solo a las vivas.

Yo no le tengo miedo a aquellos que me han dejado. A mis seres queridos que se han marchado. Al contrario, muchas veces los siento conmigo. Siento que me ayudan.

Por eso, el otro día, cuando visité a mi abuela en el cementerio, seguí con la tradición. También visité a Granero y a Fabrilo. Les pedí que protegieran a los toreros desde allá arriba.

Y, ¿saben que? Cuando deposité un clavel sobre la tumba de los Frabilo, encontré que alguien, había dejado otro antes que yo. Me alegré. No soy la única que honra la memoria de los toreros fallecidos. No soy la única que recuerda a aquellos que nos han dejado.

Pues nada, ¿ven como al final me ha salido una entrada para hoy? Espero no haberles aburrido con mis palabras. Ya ven, a veces estoy inspirada y no puedo escribir. Y otras, quiero escribir, pero no encuentro la inspiración.

4 comentarios:

  1. Amparo:
    Se nota que no tenías la entrada en la cabeza perfectamente pensada, pero también se nota cuando se escribe con el corazón, y eso no se puede planificar, simplemente sale.
    Un saludo

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  2. Gracias, Enrique. Así fue. Tenía varios temas, pero ninguno claro ni completo...

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  3. Me encanta cuando alguien escribe con ese desparpajo. Asi son las cosas Amparo, cuando uno menos se lo espera... salen las musas. Como en el toreo. Cuando uno va menos predispuesto, cuando te sale por la puerta de chiqueros en "menos guapo" cuando... cuando te das cuenta, has pegao diez naturales y eres el tio mas feliz del mundo.
    Yo tambien voy todos los 26 de sepetiembre a el cementerio de San Fernando en Sevilla a visitar a un gran maestro.
    Un saludo Amparo.

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  4. Pues si, así es.
    ¿Sabes? En uno de mis viajes a Sevilla, visité ese cementerio. Es impresionante, verlos a todos reunidos allí. Notar tanto Arte junto. Joselito, Sánchez Mejías, Paquirri, Belmonte, Espartero... Respiré una paz ese día...
    Gracias por comprenderme.

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