lunes, 11 de mayo de 2009

Sabor agridulce

Miguel Angel Delgado, Vicente Marrero y José Arévalo

Agridulce. Así es como me sentí ayer al terminar el día. Por fin había logrado emocionarme y eso que yo pensaba que no iba ya a ocurrir. Fue un día cargado de sentimientos, de alegrías, de sinsabores.

Por la mañana visité a uno de los novilleros que por la tarde iba a actuar. Lo saludé mientras comía con su cuadrilla. Le regalé una Virgen de los Desamparados. No podía escoger mejor día. El día de la Geperudeta. El día de mi santo.

Hasta el tiempo me acompañó. Anunciaban lluvias. Pero se equivocaron. Pues el sol brilló por momentos en la tarde de ayer.

En la Plaza me encontré con todo el mundo. Mi gente estaba conmigo. Visité el Patio de Cuadrillas. Esperábamos vivir una gran tarde de toros. Y casi lo conseguimos.

Disfruté con pequeños detalles. Se erizó mi piel con unos pases desmayados. Por fin pude respirar a fondo. Me he vuelto a emocionar, pensé.

Pero de repente, todo se fue al traste. Un novillo arrancó la ilusión de tantos días, de tantas semanas, de tantos meses.

La felicidad completa no existe. Pero a mi, que me quiten lo bailao.

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