lunes, 18 de mayo de 2009

Las cornadas

Menuda semanita que llevamos de cornadas... Y lo que no son cornadas.

Para mi, los toreros están hechos de una pasta especial. Sacan fuerzas de donde no las tienen para recuperarse en tiempo record de sus percances. Véase el ejemplo de Luis Bolívar, que después de recibir una cornada en su muslo, a los dos días volvió al mismo lugar y se volvió a poner delante de dos toros, que casi fueron mas, por otro infortunio.

El de Antonio Ferrera, tal vez fue el que mas me impactó. Después de haber visto su fuerza al poner banderillas, aquella cornada seca le dejó K. O., pero él siguió allí, al pie del cañón. Me impresionaron sus lágrimas. Es que los toreros también lloran.

Los novilleros también han recibido esta semana. El día de la Virgen de los Desamparados, dos novilleros, dos, sintieron en sus carnes el dolor. El caso de Vicente Marrero fue solo un golpe, que le dejó abobado e inútil para poder matar a su novillo. El de José Arévalo fue certero y rápido y viendo su gravedad pasó rápidamente por la enfermería. Ayer en la Maestranza otro valenciano, Miguel Giménez resultó herido. Y también lo fue en su rodilla, Juan Carlos Cabello.

Los toreros de plata tampoco se han ido de vacío esta semana, Rafael Cuesta, a las órdenes de Morante de la Puebla recibió otra cornada.

Pero lo que no ha sido cornada, fue el golpe que recibió en su cabeza, El Fundi. Un torero de las llamadas duras, castigado por los toros. Y en este caso fue la caida de un caballo lo que le ocasionó una desagradable desgracia, que tardará mas en recuperarse.

Pero todos ellos pronto volverán a estar en una Plaza de Toros, haciendo el paseillo. Buenos son. Peor es para los que no reciben cornadas, porque no torean. Esos golpes si que son difíciles de curarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario