lunes, 12 de noviembre de 2012

Fin de semana setabense

Este pasado fin de semana estuve en Xátiva.

El sábado por la tarde, en la Casa de la Cultura de la capital de La Costera, se celebró el acto cultural anual del Club Taurino Punteret.

En esta ocasión, se rendía un homenaje al torero de plata valenciano Manolo Montoliu que perdió la vida en La Maestranza hace 20 años.

Asistieron sus hijos.Antonio y José Manuel.

Es cita obligada desde hace varios años acudir a este evento.

Y nunca salgo defraudada.

No conocía personalmente a Antonio. Y me pareció un tío estupendo además de un gran profesional.

Con dos carreras universitarias compagina su profesión de picador de toros con la de profesor de la Universidad.

Si que había tenido la oportunidad de coincidir en mas ocasiones con José Manuel.

Si bien José Manuel es el que ha seguido los pasos de su padre, Antonio siguió los de su abuelo.

En un mano a mano dirigido por Carlos Bueno, fueron recordando la figura de su padre además de recorrer lo que ha significado esta temporada.

La velada terminó en una cena amena y divertidísima.

El domingo por la mañana y a pesar de que el cielo amenazaba lluvia inminente, rumbo de nuevo a Xátiva, a su Plaza de Toros.

Allí se celebró la última clase práctica de la Escuela de Tauromaquia de Valencia de la temporada.

Hubo representación de alumnos noveles de las Escuelas de Castellón, Valencia y Alicante.

Siempre es un aliciente asistir a este tipo de festejos.

Me gusta ver a las nuevas promesas dando sus primeros pasos.

Y hubo dos chavales que me encantaron y a los que me gustaría seguir.

Vicente Jiménez de Benidorm y recientemente incorporado a la Escuela de Valencia.

Y Sedano Vázquez, de L'Alcora y perteneciente a la Escuela Taurina de Castellón.

Les acompañaron, Cristian Gómez y Santiago Sevilla de la Escuela de Valencia y Jorge Rico de la Escuela de Alicante.

El juego de los de GIménez Indarte fue propicio para que los chavales pusieran en práctica sus conocimientos.

Afortunadamente el cielo aguantó hasta el último becerro. Y pude regresar felizmente a casa sin llover por el camino.

Todavía estaba en nuestro recuerdo la aventura del pasado día de El Pilar, aquel día que la Plaza de Toros de Xátiva parecía una piscina.

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