miércoles, 1 de septiembre de 2010

Granero, el ídolo

Hace unos días, recibí en mi casa una joya. No era de diamantes ni zafiros, no. De esas joyas no tengo. Era un libro pequeño sobre la figura de Granero.

Mi amigo Juan Moreno, del blog Blanco y Oro, que por cierto está de celebración por sus primeras 100.000 entradas, al que conocí como Lucero en el Foro El Albero, me la regaló.

Escrito en el año 1922 por Juan Ferragut, cuenta la vida, amores y muerte de un gladiador. Así reza la portada.

Me encantan todas esas reliquias. Me hechizan los documentos antiguos. Pero sobretodo me gusta conocer datos sobre los toreros de antaño.

En este caso, como podrán comprender, la ilusión fue mayor. Porque Manuel Granero era paisano mío.

Hace un tiempo leí uno de los libros que forman la Colección que editó la Diputación de Valencia en el que recogían datos de toreros antiguos con toreros de ahora.

El segundo volumen, estaba dedicado a Manuel Granero y Enrique Ponce.

No voy a hablar de la figura de Granero, porque ya le dediqué una entrada en el aniversario de su muerte, allá por el mes de mayo.

Solo destacaré que este librito, ilustrado con fotografías de Vandel, recoge una entrevista inédita jamás publicada en Nuevo Mundo, que se hizo poco antes de que el diestro valenciano cayera muerto en la Plaza de Madrid por la cornada que le propinó el toro Pocapena.

Solo transcribiré un párrafo, lleno de belleza, que me emocionó al leerlo porque habla de mis dos ciudades preferidas. Valencia y Sevilla. Valencia donde nació Granero y Sevilla donde se doctoró.

“Sevilla, la sultana voluptuosa, señorial y displicente, ardiente y sensual como una copla flamenca y melancólica, como el sollozar de los bordones de una guitarra, envió un beso a Valencia, la morisca huertana, que luce como una fabulosa cabellera la esmeraldina madeja de esos naranjales esmaltada por las bolas de oro de los jugosos frutos. El cortijo andaluz se unió a la barraca levantina. El Miguelete saludó a la Giralda.”

Mil gracias Juan por ese pedazo de joya.

2 comentarios:

  1. Amparo, no hay de qué. Eres un encanto.
    Un beso

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  2. ¡Vaya regalazo!
    Muy bonito ese texto...
    Y de paso, aprovecho para decirte que acabo de hacerme seguidora de tu blog... pero hoy no puedo leérmelo todo... jejeje..
    BESOS...

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